
Hasta que un dia mientras paseabamos por las calles cancunenses, el pequeño Rio tuvo un paro cardiaco, su motorcito de 1.6 litros se apago, dejandonos abandonados y a nuestra suerte. Suerte fue que nuestro buen amigo Patito estaba a la mano para pasarle corriente y Rio volvio a la vida, pero solo por breves instantes para llegar a la casa. ¡Que diablos!
Entonces al dia siguiente, con otra dosis de electricidad pasando por su pequeño sistema, Rio volvio a arrancar solo para llegar con rapidez al doc.
Asi que Rio se encuentra ahi, por culpa de un incompetente doctor de cochecines que no hizo bien su trabajo y arruino la semana de Rio y lo tiene internado, entre filas de coches desconocidos, y en la oscuridad de un taller, donde quien sabe si se laven las manos para trabajar.
Deseemosle suerte al pequeñin, y que pronto lo tengamos de vuelta para corretear motociclista e ir de visita a la playa y mirar el mar como tanto le gusta.